La importancia de esta etapa educativa reside no sólo en la adquisición de conocimientos, sino además en las habilidades que se están perfeccionando, que abarcan tanto lo social y lo comunicacional como el temperamento, más que todo por la naturaleza misma que esta etapa de crecimiento personal constituye para el ser humano.

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Acercar a los alumnos al mundo real, es más sencillo con un sistema educativo constructivista, el cual los aterriza en una etapa en que las ideas de cómo funciona el mundo aún son un poco difusas, e incluso a veces polarizadas, los guiamos exitosamente hacia un bachillerato más seguro y en definitiva a una vida con mayor criterio.

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Graduamos jóvenes altamente capacitados como personas y oportunamente preparados para la vida en la adultez.